Saturday, December 26, 2009

Cuando el ángel decida volver

Cuando el ángel decida volver, espero que escuche esta gran canción.

Wednesday, December 23, 2009

El estornudo del Koala

- ¡¡Mamá, mamá!!...¡¡Veeeen!!

El grito retumbó en la oscuridad y despertó a todos los que dormíamos en la casa. Mi mujer y yo nos hicimos un poco los remolones, pero sabíamos que el grito se repetiría y que uno de los dos tendría que salir de la cama a atender a nuestra hija...

- Cariño, ¿puedes ir tú? Yo estoy muerta del viaje...- Me dijo con voz de dormida
- Claro... No te preocupes....Voy yo a ver qué quiere...- Dije mientras salía de la cama y me ponía las zapatillas y la bata. Era un batalla pérdida la que tenía esos días con mi mujer, al fin y al cabo si estábamos en un pueblo perdido de la mano de Dios en Asturias era por mi culpa. Normalmente pasábamos las fiestas navideñas en Oviedo con mis hermanos y todos dormíamos en la ciudad, incluso mis padres. Pero el año pasado mi madre falleció y este año mi padre estaba muy débil para salir de casa con el frío que hacía. Junto a ciertos problemas familiares de mis hermanos, todo había derivado en que mi mujer, mi hija y yo acabáramos pasando las vacaciones en la vieja casa de la familia, acompañando a mi padre.

Mientras caminaba por el pasillo el grito de mi hija se repitió. La piel se me erizó por el frío que emanaba del suelo de piedra y mientras se me ponía la carne de gallina me arrepentí de no haberme puesto los calcetines. Por otro lado, sentía cierta inquietud ante lo que me podría encontrar, normalmente de estos miedos nocturnos se encargaba mi mujer, yo me encargaba de tareas en las que había menos componente emocional, llevaba a mi hija al colegio, la traía, la daba de comer, me encargaba de los deberes...Pero en el campo emocional madre e hija tenían más confianza.

- ¿Qué pasa cariño?- Dije mientras abría la puerta y encendía la luz
- ¿Y mamá?- Me pregunto mi hija
- Mamá, está muy cansada por el viaje y me ha pedido que venga yo...-dije procurando que la duda no se notará en mi voz- ¿por qué gritas?- Dije mientras me sentaba en la cama de mi hija
- Hay bichos en la habitación- contestó mi hija
- ¿Y eso? Yo no veo ninguno- Dije mientras miraba hacia las esquinas del techo - ¿Quieres que mire debajo de la cama? - Después de un análisis concienciudo concluí - Tampoco hay mi niña...
- No se ven, pero hacen ruidos...

No pude evitar que me saliera una sonrisa. La casa de mis padres se había construido después de la Guerra Civil, en aquel entonces los materiales que se utilizaban eran los que había disponibles, nada que ver con los materiales de nuestra casa en Madrid y los ambientes asépticos de las ciudades modernas. En la casa de mis padres las vigas de madera “chascan” por la noche, los suelos crujen, las ventanas ululan y un largo listado de ruidos puntuales invaden el silencio nocturno. Recordé que de pequeño también me daban miedo esos ruidos nocturnos y una noche parecida a esta mi padre me contó una historia.

- Eso que oyes son los koalas de Tomasón - por aquel entonces mi peluche favorito era un koala que me había tocado en la feria del pueblov- ¿No te has fijado que a Tomasón le encantan los animales? No ves que está todo el día con las vacas, las gallinas, los conejos, los perrines y los gatucos...Pues su hija Martina, esa que viaja tanto, le trajo un día unos koalas de Australia - Me acuerdo que en aquel momento miraba a mi padre alucinado, ¿koalas en Asturias? - Lo que pasa es que los koalas tienen que estar subidos en los eucaliptos y no pueden estar en jaulas, por eso no los has visto en casa de Tomasón. Y como los jodios por la noche tienen frío, les hemos hecho Tomasón y yo un hueco en el desván del techo para que duerman. Si por la noche oyes ruido son los koalas, que entran y van a dormir - Justo en ese momento una viga crujió, y mi padre dijo - Mira eso es un koala que ha estornudado.

Durante muchos años “el estornudo del koala” fue uno de los mantras que más repetí para perder el miedo a los ruidos nocturnos. Con el paso del tiempo supe que si a Tomasón le gustaban los animales era porque era granjero y vivía de ellos, que la Martina lo más lejos que había ido era a una fábrica de neumáticos en Birmingham, que un koala en Asturias hubiera durado dos días en invierno y que ciertas mentiras cuanto más imposibles son menos dudas despiertan. Me acordé de mi padre, suspiré y comencé a contarle a mi hija mientras imperceptiblemente cruzaba los dedos.

- ¿Sabes que por aquí cerca había una escuela de magia como Hogwarts...?



Otros estornudos de Koala en:
- Belen
- Simpulso
- Mariano Zurdo

Sunday, December 13, 2009

¿Cómo es posible?

María volvía a casa en uno de esos autobuses verdes que unen los centros empresariales del extrarradio con las zonas más céntricas de Madrid. El vaho empañaba los cristales y los rostros familiares, se mezclaban con las caras de cansancio habituales al final de la jornada laboral. Llevaba toda la tarde dándole vueltas a lo mismo, los sentimientos encontrados la asaltaban cuando menos lo esperaba y no paraba de repetirse “¿Cómo es posible? Y más a mi edad. ¡Qué tonta he sido!”.

María trabajaba en una de esas “grandes empresas” que tienen diferentes centros en el extrarradio de Madrid. A medida que sus hijos se iban haciendo mayores el sueldo de mecánico de su marido no daba para todos los gastos y María tuvo que empezar a trabajar. A través de una vecina consiguió un puesto de limpiadora, en una empresa de servicios de limpieza en empresas. El sueldo no era muy alto, pero al menos tributaba en la seguridad social y no tenía que aguantar las chorradas de los dueños de una casa.

Los trajes eran una de las cosas que más le llamaban la atención a María cuando empezó, que elegantes iban todos y todas con sus trajes de chaqueta y sus camisas planchadas, y ella sin embargo con el uniforme de limpiadora... Al principio su uniforme le hacía sentir de menos, pero poco a poco se fue dando cuenta, de que ni todas las camisas estaban tan bien planchadas, ni todos los trajes quedaban tan bien...El traje no es más que un uniforme más con menos suciedad que el de un mecánico o una limpiadora, pero no hace mejor ni peor a nadie. Además como decía su compañera Lourdes cuando tomaban un café “Tanto traje, tanto traje y si no fuera por nosotras, se les comía la mierda a estos por las patas. ¿Has visto cómo han dejado el baño de la quinta planta?, ¡Qué guarros por Dios!,¡Tanto les cuesta apuntar con su cosita dentro del retrete!”.

Como le dijo su jefa al principio, “María tienes que ser invisible para ellos, esta gente está trabajando y tenemos que molestar lo menos posible, pero haciendo bien nuestro trabajo”. Y así había sido su vida durante varios meses, limpiaba baños, mesas, recogía papeleras, cafés fríos, etc...Como un fantasma, prácticamente sin hablar con nadie.

Hasta que un día le sorprendió un “¡Buenas tardes!” inesperado y una sonrisa. Era un chaval nuevo, de unos treinta años, muy tiposo, con ojos enormes y una sonrisa que enseñaba unos dientes perfectos, como los de los modelo de los anuncios de pasta de dientes. Al principio María se sorprendió, no esperaba que el saludo fuera para ella, debió de quedar como una tonta. Pero al día siguiente el chaval le saludó de la misma manera, y al siguiente, y al siguiente...

María se fue fijando en el chico poco a poco, no llevaba alianza cosa que le extrañaba porque era muy guapo y muy majo, siempre tenía muchos papeles encima de la mesa y tomaba bastante café – 3 cafés los días tranquilos y 5 los días en los que tenía más trabajo. El chico solía quedarse hasta tarde a trabajar y cuando no estaba, María procuraba limpiarle lo mejor que podía la mesa y la pantalla del ordenador (por ser él). El día que María se enteró de que el chico se llamaba Alberto, le dio un vuelco al corazón, porque ese era su nombre favorito....

Y así fue pasando el tiempo y aunque a María le pesara, se fue imaginando una vida con el chico, sin su marido ni sus hijos y él profundamente enamorado de ella a pesar de que María fuera más mayor, estuviera casada, tuviera dos hijos y fuera una simple limpiadora... Hubo días en que llegó a odiar a su familia por existir. En ese punto María se decía que no podía ser, que ella tenía su vida y que el chico no se fijaba en ella, simplemente era educado y cordial con una compañera de trabajo. Pero al rato, volvía a pensar en él.

Hasta que un día cuando María se acercaba escuchó una conversación telefónica del chico con una tal Eva, a la que el chico llamaba cariño, mientras quedaban a cenar para celebrar su segundo aniversario. En ese momento María sintió que el estomago se le llenaba de repente y unas irrefrenables ganas de llorar le invadieron. La rabia y el dolor se le cruzaban en la cabeza, pero a pesar de todo pudo saludar el chico y seguir como si nada.

Que tonta había sido, ¿cómo se le había podido ocurrir que el chaval no tuviera novia? Se había enamorado como una quinceañera, ¿cómo era posible? Ella que tenía familia e hijos y así iba de vuelta a casa, dándole vueltas a lo mismo El viaje en autobús había llegado a su fin. María llegó a su casa y mientras freía unos filetes de pollo para le cena escuchó a su hija como le contaba que iban a hacer una excursión a nosedonde. A mitad de conversación sonó el movil de la niña:

- Tía, ¿sabes qué?¿Sabes qué? Miguel me ha escrito un mensaje...Tía que bien...- Oyó que su hija le decía en voz baja a una amiga mientras se iba a su habitación...

María no pudo evitar sentir envidia de su hija y siguió friendo los filetes....

Tuesday, December 08, 2009

Pijerillas

Un tema curioso que me ha pasado en algún que otro post, es que teniendo la intención de transmitir una idea determinada, la gente que ha leído el post ha entendido otra cosa completamente distinta. De repente aparece una diferencia entre lo que yo quiero transmitir y lo que los que se pasan por el blog entienden, que me llama la atención. Hay dos cuestiones curiosas en estos casos:

- Detalles que en mi opinión no tienen importancia, son relevantes para los demás.
- Diferentes personas comparten esa visión diferente del post que yo he escrito.

Este tema lo he comentado con otros bloguer@s y es algo que a más de un@ le ha pasado alguna vez. Lo curioso del tema es que no se limita al ámbito del blog, esto también pasa en otros ámbitos de la vida cotidiana. Por ejemplo, el otro día una amiga me confesó que cuando ella me conoció, la primera impresión que se llevó de mi no fue muy favorable. Pensó que yo era un “pijeras”, entendiendo por “pijeras” no a una persona ultra-mega-conservadora, pero teniendo en cuenta que he estudiado Administración y Dirección de Empresas y que no debo tener muchas pintas de “perroflauta”, la chica pensó que era un pijerillas un poquito camuflado. (Hay un tema de prejuicios ahí, que esta chica tendría que analizar, creo yo).

Me extrañó bastante, porque era la primera vez que me decían algo parecido. A la mayoría de mis colegas les conozco desde que eramos canijos o desde el inicio de la facultad, tiempo suficiente para saber de que pie cojeamos tod@s. Y joder, yo me miro al espejo y no veo a un “pijeras”... ¡No jodas, que disgusto!...

Tengo que reconocer que la historia me ralló un poco. No me puse en plan loco de la vida a repasar mi historial de chavalas como haría el protagonista de “Alta Fidelidad”, pero si es cierto que de alguna manera el hecho de poder representar algo que no era, no me terminaba de convencer mucho. Por mucho que lo neguemos, las primeras impresiones que tenemos de una persona condicionan mucho lo que opinamos de ella, y joder yo estoy soltero...Y si resulta que si, que tengo pinta de “pijerillas”...¿Estoy condenado a atraer a mujeres a las que les tengo que explicar quienes son Pearl Jam?, o ¿que los conciertos de Love of Lesbian no son espectáculos eróticos o picantones? ¿Voy a tener que aguantar miradas reprobadoras cada vez que me ponga a tocar la “air guitar”, cuando pongan en la radio los trallazos demoledores de los Led Zepelin?¿Me tiene que empezar a gustar Julito Iglesias?

El futuro empezaba a darme bastante miedito, la verdad...

Al final me acordé de esta grandísima canción y me consolé pensando, que hasta los aparentemente “pijerillas” podemos tener otros públicos.

Thursday, December 03, 2009

Que eche cuerpo

Llego al bar de siempre y mientras me acodo en la barra saludo:
- Hola Manolo ¿Me pones un botellín? - Mientras Manolo me pone la bebida, me pregunta:
- ¿Quieres tortilla?
No suelo tomar tortilla fuera de casa, una aprensión como otra cualquiera heredada de mi madre, que siempre desconfiaba de las recetas con huevo de los bares, por la puñetera salmonela. Pero en este caso no dudo:
- Venga un poco de tortilla, para pasar el botellín - Creo que este bar tiene la mejor tortilla del bario
Me siento en uno de los taburetes altos del bar y mientras me empotro el cacho de tortilla entre pecho y espalda de un bocado, se me acerca un chaval de unos 20 años, flacucho y poca cosa y me pregunta:
- Oye perdona ¿Eres Blueberry?
La escena que le estoy brindando al chaval es impagable, con la boca llena de tortilla y con cara de “¿Y este? ¿de qué coño me conoce?” tengo que estar dando un espectaculo lamentable...Trago rápido y le pego un tiento al botellín para empujar mejor la tortilla...
- Pues si, soy Blueberry... Peroooo, peroooo...Perdona macho, no caigo en quién eres...- Le digo con sonrisa de disculpa...
- Ya bueno es que nunca nos hemos visto, ni nos han presentado... - Me contesta el chaval con media sonrisa
- ¿Y de qué coño sabes mi nombre? - Empiezo a ponerme un poquito de mala hostia con este chaval...
- Bueno, es queeeee....Es queeee.... Es que yo soy tu blog...-Lo dice de un tirón, dejando entrever cierto nerviosismo
- ¿Mi blog?-Contesto levantando las cejas
- Si, si. Tu blog.
- Mi blog, ya- Me enciendo un piti y miro al chaval - Pues estás un poco mayorcito, porque mi blog no tiene más de cuatro años - Le contesto con toda la ironía del mundo
- Bueno, hay gente que dice que aparento más edad...Además todo el mundo sabe que los blogs somos como los perros vivimos menos, pero en muchos casos de manera más intensa...
- Ya bueno, si tu lo dices... - Menudo intenso de mierda es el colega - ¿Y estás un poquito flaco? Vaya birria de blog que estás hecho...
- Ya cabrón, es que me tienes abandonado...Ni puto caso me haces...- Me dice con cierto toque de indignación en la voz
- Es que ando superliao... - Intento replicar
- Que liao ni que pollas, que pasas y punto – Me interrumpe el chaval con bastante mala hostia... - Dale un poquito al cerebro cabrón que para algo lo tienes – ¡Vaya chorreo me está echando en un momento! Parece que si que es mi blog
- Bueno tío, no te pongas así...Le daré a la pelota a ver que se me ocurre...
- A ver si es verdad y cambia un poco los contenidos que la gente está de escuchar a tus grupos de reviejos hasta las pelotas...- Me espeta el cabrón
- Eh, que es música de calidad...- Replico como puedo
- ¿De calidad? Anda invitame a un botellín, que estoy pelao. Como no pones publicidad, no tengo ni un pavo, cabrón... - Me dice medio sonriendo
- ¡Manolo! Un par de botellines por aquí y un pincho de tortilla para el chaval, que tiene que echar cuerpo...